jueves, 29 de diciembre de 2016

¿REALMENTE SOMOS POBRES ó RICOS?



Cuentan que una persona muy adinerada quería enseñar a su hijo la diferencia existente entre una persona pobre y una rica. Escogió para su demostración nada más y nada menos que a una de las personas con la que pasa más tiempo dentro de las 24 horas que tiene el día: su chofer. Le propuso a éste que por favor dejara a su hijo pasar un fin de semana en su casa junto a su familia, a lo que su leal chofer de hace años accedió con todo el amor del mundo.
Llegó el viernes y del Colegio del niño salieron en tremenda limosina para la casa del chofer. Al llegar a la casa humilde en un campito cerca del Aeropuerto, allí los esperaban la familia del chofer con un sancocho de 4 carnes para festejar que el hijo de su patrón pasaría un fin de semana en su humilde morada. Como de costumbre, el adinerado burgués no tenía tiempo para pasar a disfrutar del sancocho que con mucho cariño había hecho la esposa de su leal empleado para él y su hijo.
Inmediatamente partió, dejando a su hijo con la bendición correspondiente y su ¡pórtate bien mi hijo, que estarás en casa ajena durante 3 días! El padre todo el camino de vuelta venía comentándole al chofer: “te darás cuenta el domingo cuando vengamos a buscar a mi hijo el cambió de actitud que tendrá cuando se dé cuenta de lo rico que es. Lo tiene absolutamente todo y no lo valora”.
Llegó el domingo. Cuando fueron a buscar al niño, en otra limosina de otro color y otra marca, porque era un plan maestro para que éste se diera cuenta de lo rico que era, inmediatamente, ya montados en el vehículo, el padre le pregunta: “a ver mi hijo, cuéntame, ¿cómo te fue? ¿pudiste palpar la diferencia entre ellos y nosotros? A lo que el niño responde: ¡Claro papá! Uffffffff, no te imaginas cuanto. Y empezó a detallarle al padre:

Mientras nosotros tenemos una piscina en casa, ellos tienen un río que no tiene fin.
Mientras nosotros tenemos un patio cercado, ellos tienen toda una pradera enorme.
Mientras nosotros tenemos un techo, ellos tienen un cielo lleno de estrellas.
Mientras tu y mami se pasan el día en la calle, ellos se pasan el día con sus hijos.
Mientras nosotros tenemos un gato persa, ellos tienen todo una granja llena de animales diversos.
Mientras el día para tí tiene 24 horas, el de ellos parecería tener 48, el tiempo les dá para todo.
Mientras nosotros nos pasamos días que no nos vemos, ellos se pasan el día entero riendo y disfrutando con sus hijos.
Al terminar, el padre le pregunta a su hijo: ¿entonces? ¿cuál es la moraleja que le ves a esto?. A lo que el niño respondió: ¡Gracias papá por enseñarme lo pobre que somos!
En la vida no es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita. A veces creemos que le estamos dando a nuestra razón para existir todo lo que necesitan y en realidad estamos ausentando en ellos los valores más importantes y los que le servirán de guía durante toda su vida. Creemos que estamos educando y dando a ellos más de lo que se merecen y al contrario, estamos dando cosas materiales que al fin y al cabo no serán apreciadas como muchos intangibles que sólo serán beneficiosos al pasar de los años. Esos intangibles son muchísimo más importante que los tangibles, ya que con el tiempo estarán presente en todo momento en sus vidas.

No hay diferencia entre los seres humanos, no estamos divididos por el color de la piel, ni la nacionalidad, ni los bienes materiales que poseemos, la diferencia la ponemos nosotros. Para Dios todos somos iguales.

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