"Ven y ayúdame
a poner en tu presencia todo lo que me preocupa, todo lo que me inquieta, todo
lo que perturba mi paz.
Tú sabes cuáles
son mis preocupaciones más profundas, pero hoy quiero contártelas, porque es
mejor compartirlas contigo que pretender enfrentarlas con mis pocas fuerzas
humanas.
Escúchame Señor,
porque clamo a ti con toda mi alma, a ti levanto mis brazos y te ruego que me
auxilies.
Quiero decirte
todo lo que a veces me preocupa: mi salud, mi trabajo, mis seres queridos, mis necesidades,
y todo lo que me perturba y me inquieta. Toma todo eso, y ocúpate también tú
conmigo. Ven Espíritu Santo, porque así no me sentiré solo con el peso de la
vida, y podré caminar y avanzar con ganas. Ven para que pueda experimentar tu
dulzura, tu gozo, tu fuerza. Dame la gracia de ver que, aunque todo pasa, lo
que nunca se acaba es tu amor, y con ese amor puedo enfrentarlo todo.
Amén."
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