viernes, 23 de diciembre de 2016

4 FORMAS PRÁCTICAS DE «ORAR SIN CESAR»


La Biblia nos invita a orar sin cesar y parece difícil estar todo el día orando con tantas ocupaciones, pero es más sencillo de lo que crees.

San Pablo nos exhorta en 1 Tesalonicenses 5,17 a "Orar sin cesar". Al leerlo nuevamente me doy cuenta que esto es una tarea difícil ¿Cómo podemos orar todo el tiempo estando en el mundo? ¿Sientes que ya parece ser una lucha dura orar de vez en cuando como para tener que hacerlo todo el tiempo? ¡No estás solo! Pero, te tengo una noticia: No es tan difícil como parece.
He aquí algunas ideas para ayudarte a cumplir este desafío que la Biblia tiene para nosotros:

1. Ofrécelo.
"Ofrécelo" Esto quiere decir ofrecer cualquier trabajo, sufrimiento y buenas obras a Jesús (o a Jesús a través de María) para beneficiar a otro según la voluntad de Dios. Luego encontré en la Biblia una explicación de esto que también es conocido como "sufrimiento redentor" que comparto contigo
"Porque es una gracia soportar, con el pensamiento puesto en Dios, las penas que se sufren injustamente. En efecto, ¿qué gloria habría en soportar el castigo por una falta que se ha cometido? Pero si a pesar de hacer el bien, ustedes soportan el sufrimiento, esto sí es una gracia delante de Dios. A esto han sido llamados, porque también Cristo padeció por ustedes, y les dejó un ejemplo a fin de que sigan sus huellas" (1 Pedro 2,19-21)
Aunque estos versículos hablan del sufrimiento específicamente, tú también puedes ofrecer a Dios todo lo que hagas para su Gloria. De esta forma, estarás orando continuamente porque todas tus acciones serán para Dios y harás de tu vida entera una oración para Él.

2. Pide a los Santos que oren por ti.
Si bien es prácticamente imposible para los seres humanos estar todo el día orando vocalmente (con nuestros labios) o al menos mentalmente (pensar en la oración) por las mucha actividades que tenemos que hacer para vivir, esto no es imposible para los santos que están en el cielo ante la presencia de Dios. Busca información y conoce las vidas de algunos de los santos y encuentra unos pocos con los que te sientas identificado. Dirígete a ellos en oración todos los días pidiéndoles su intercesión para que oren continuamente por ti delante del trono de Dios. Recuerda, no estás solo, esto es parte de la "comunión de los santos" que proclamamos con fe en el Credo. El Catecismo nos enseña en el #962
"Creemos en la comunión de todos los fieles cristianos, es decir, de los que peregrinan en la tierra, de los que se purifican después de muertos y de los que gozan de la bienaventuranza celeste, y que todos se unen en una sola Iglesia; y creemos igualmente que en esa comunión está a nuestra disposición el amor misericordioso de Dios y de sus santos, que siempre ofrecen oídos atentos a nuestras oraciones" (Pablo VI, Credo del Pueblo de Dios, 30)
3) Escucha música Católica.
Aunque esto no es técnicamente "orar sin cesar", escuchar música Católica durante el trabajo, mientras conduces o vas en el transporte, puede aumentar significativamente el tiempo en que tus pensamientos se dirigen a Dios y la Cruz de Jesucristo. En lugar de estar tarareando las letras, a menudo moralmente terribles, de las canciones de moda, disfruta música Católica contemporánea y canta con alegría para Dios cada vez que tengas oportunidad. Como nos enseñó San Agustín "El que canta, ora dos veces".
4) Ora durante todo el día.
Divide tu tiempo de oración durante todo el día; esto es especialmente útil cuando no tienes el tiempo de tener una hora continua para orar en la mañana antes de iniciar tu jornada (aunque es muy recomendable). Por ejemplo, a menudo rezo mi Rosario década tras década (10 avemarías en cada ocasión). Puedo comenzar con una en la mañana cuando me despierto, orar otra década cuando saco el perro a pasear o dar un paseo, hago otra mientras conduzco al trabajo, otra en la Iglesia antes de Misa diaria y una última antes de acostarme. Algunos prefieren rezar su Rosario todo a la vez, pero en mi caso, esta práctica me ayuda a asegurarme que hago el Rosario diario y me recuerda mi enfoque en la oración y a estar en la presencia de Dios a lo largo de todo mi día. Otra muy buena práctica para desarrollar una rutina de oración continua durante todo el día es la Liturgia de las Horas, que está diseñada para hacerse en varias ocasiones al día (6 am, 9 am, mediodía, 3 pm, 6 pm y 9 pm)
Estas son algunas ideas, seguro tienes algunas mejores, Lo importante es que no dejes de orar, No pierdas la conexión con nuestro padre creador.
Tomado de: CatholicNewbie.com

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