jueves, 6 de abril de 2017

5 RAZONES POR LAS QUE LA MISA NO ABURRÍA A LOS SANTOS


¿Alguna vez te aburres en misa?
No te preocupes, no te estoy juzgando. Cuando volví a misa por primera vez después de algún tiempo alejada, me pareció aburrida. Pero la presencia de Jesús en la Eucaristía me atraía y, con el tiempo, Su presencia en la misa me enseñó los caminos del cielo, me ayudó a desarrollar un mayor amor por la misa. Me di cuenta de que la misa era la oración más importante que pudiera rezar cualquier día.
Dicho de otra forma, no hay nada que podamos hacer para acercarnos más a Dios que cuando vamos a misa.
Dicho esto, aunque ahora valoro más la misa que recién regresada a la Iglesia, a veces todavía “pongo el automático” y, hay días que al llegar el final de la misa me doy cuenta de que mi mente estaba a miles de kilómetros de distancia. Mi amor por la misa ha ido creciendo en fervor con el tiempo, pero aún necesito trabajar para mejorar.
Tal vez, igual que yo, tú también necesites un poco de motivación para ir a misa, para ver el valor que tiene, para encontrar su significado, para involucrarte y para esperar con el entusiasmo que se merece la llegada de esta oración de oraciones.
Aquí hay algunas razones por las que los santos no se aburrían en misa:
1- Los santos sabían que iban a misa con los ángeles: En ninguna misa falta asistencia. La próxima vez que vayas y haya sólo un puñado de personas en las bancas, recuerda que ¡hay ángeles por todos lados!
Los cielos se abren y multitudes de ángeles vienen a asistir al Santo Sacrificio. – San Gregorio Magno
Los ángeles rodean y ayudan al sacerdote cuando está celebrando misa. – San Agustín
2- Los santos dependen desesperadamente de la misa: La próxima vez que asistas a misa, pide a Dios por la gracia de comprender cuánta es la sed del alma por las gracias de la Eucaristía. Los santos conocían bien esta sed.
Sería más fácil para el mundo para sobrevivir sin el sol que prescindir de la Santa Misa. – San Pío de Pietrelcina 
La Misa es el alimento espiritual que me sustenta y sin el cual no podría vivir un solo día o una sola hora de mi vida. – Madre Teresa
3- Los santos querían honrar a Dios más que cualquier cosa: Si amas a Dios y le quieres devolver el amor que te da, ir a misa es probablemente lo mejor que puedes hacer. Es lo mejor porque participamos en el sacrificio de Jesús, sin confiar en que podríamos estar haciendo cualquier otra cosa. Y si nos centramos en amar y honrar a Dios en lugar de a nosotros mismos, entonces la misa no es aburrida.
Una única misa honra más a Dios que todas las penitencias de los Santos, las obras de los Apóstoles, los sufrimientos de los Mártires e incluso que el ardiente amor de la Bendita Madre de Dios. – San Alfonso Ligorio
Todas las buenas obras juntas no equivalen al santo Sacrificio de la Misa, porque son obras de los hombres, y la Misa es la obra de Dios. El martirio no es nada en comparación: es el sacrificio que el hombre hace de su vida a Dios; pero la Misa es el Sacrificio que Dios ofrece al hombre de su Cuerpo y de su Sangre. – San Juan Vianney
Los santos encontraban felicidad en la misa: La fuente de la verdadera felicidad sólo puede encontrarse en última instancia en Dios. Los santos lo sabían y por eso iban a misa, para encontrar la auténtica dicha.
Fue la alegría lo que me trajo a la fe, la felicidad por el nacimiento de mi hija, hace 35 años, y se renueva constantemente cuando recibo a nuestro Señor diariamente en misa. – Dorothy Day
5- Los santos sabían que la misa es intemporal: La misa representa el Misterio Pascual de Cristo. En otras palabras, no sólo estamos rememorando la muerte y resurrección de Jesús, sino que la estamos reviviendo, nos adentramos en un momento fuera del tiempo y somos testigos del vertido de gracias salvíficas sobre el mundo.
Jesus… [es] el Cordero que fue sacrificado pero que vive para siempre, que renueva a cada instante su pasión por la continua celebración de misas por todo el mundo.– Beato Santiago Alberione
La Misa hace presente el sacrificio de la Cruz– San Juan Pablo II
Hay muchas más razones para asistir a misa, muchas más para luchar por encontrar ese profundo significado que los santos pudieron ver.
Pero terminaré con una última cita motivadora de san Leonardo de Puerto Mauricio (supongo que la pronunció con una sonrisa traviesa):
Pueblos insensatos, pueblos extraviados, ¿qué hacéis? ¿Cómo no corréis a los templos del Señor para asistir santamente al mayor número de Misas que os sea posible?
Por THERESA NOBLE



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