martes, 28 de febrero de 2017

¿QUÉ HACE EL ESPÍRITU SANTO EN NUESTRA VIDA COTIDIANA?


Son demasiados los cristianos que se contentan todavía con orar únicamente al Espíritu Santo cuando tienen que tomar una decisión importante… ¡O cuando tienen que pasar un examen difícil! Si la vida cristiana merece ser llamada vida “espiritual” es por ser una vida suscitada y mantenida por el Espíritu.
En esta sencilla explicación conocerás como el Espíritu santo quiere hacerse más presente en tu vida y ayudarte a descubrir cómo actúa en tu corazón cada dia.
* El Espíritu Santo, habita en ti: Eres tan hijo de Dios que el Padre te concede exactamente el mismo don que hizo a su Hijo amado. No cesa de enviarlo a ti, que es el beso perpetuo del Padre a sus hijos. Eres su templo vivo. Por eso, debes cuidarte mucho, en todos los sentidos. Y, también, a los demás.
Eres Divino para El Espíritu Santo: Su presencia en ti es dinámica, transformadora. Por él, el Padre te hace partícipe de “la naturaleza divina” (2P 1, 4), te comunica su propia vida (Cf. Jn 3, 3-5). Esta transformación del fondo de tu ser te vuelve “gracioso” a los ojos del Padre y capaz de complacerle de verdad.
* El Espíritu Santo, te purifica: ¿A que es verdad que necesitas renovarte, convertirte, purificarte? Porque no vives siempre como debiera un hijo de Dios. Te purifica ayudándote a reconocer tu verdadera culpabilidad ante Dios (Cf. Jn 16, 8-10). Suaviza tu corazón para que no persistas en tu orgullo. Cura tus heridas y renueva el fondo de tu corazón. Los sacramentos son auténticos baños de juventud que te invitan a dejarte rejuvenecer. ¿Recuerdas esta oración, tomada de la liturgia de la Iglesia, con la que le pides: “Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero”.
* El Espíritu Santo, te anima: Esta al principio de tu fe. Decía Pablo a los corintios: “Nadie puede decir: ¡Jesús es Señor!, si no es en el Espíritu” (1 Cor 12, 3). También decía Jesús a sus apóstoles que nadie puede ir a Él sin que le traiga el Padre. Es decir, sin el Espíritu que el Padre te envía para que te proyecte hacia su Hijo Jesús. Esta al principio de tu esperanza. Decía Pablo a los romanos: “Que sobreabunde la esperanza en vosotros por la virtud del Espíritu Santo” (Rm 15, 13).
Gracias a èl puedes vivir intensamente el momento presente y afrontar y vencer las tentaciones cotidianas y frecuentes de la vanidad, el desánimo, la inquietud o la angustia.
También está al principio de tu caridad. Gracias a èl puedes amar al Padre con todo tu corazón y ofrecerte a El. También puedes amar a Jesucristo y amar a tus hermanos, con el mismo corazón de Dios, con ese “corazón nuevo” que pides que Dios te dé. Por último, esta al principio de tu conducta moral. Gracias a èl puedes vivir las Bienaventuranzas evangélicas. Puedes vivir algunos de estos frutos (del Espíritu Santo), de los que habla Pablo: “amor, alegría, paz, tolerancia, amabilidad, bondad, fe, mansedumbre y dominio de sí” (Gál 5, 22-23).
* El Espíritu Santo te ayuda a orar:  Es de manera especialísima, el animador de tu vida de oración, porque “nosotros no sabemos pedir como conviene, màs el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables” (Rm 8, 26). Te ayuda, cuando oras, a acoger como el don que el Padre te da por su Hijo Jesús. Entonces tu oración se vuelve apertura al amor del Padre. Y te dejas invadir por el río de agua viva que viene del Padre y pasa por su Hijo Jesús. Te ayuda, cuando oras, a dejarte llevar por el impulso del Hijo hacia el Padre, que te hace repetir con amor y confianza: “¡Abba! ¡Padre!”. En lo más hondo de ti se une a tu corazón para que puedas exclamar: “¡Abba! ¡Padre!”. Te invita, al orar, que lo acojas como el que viene a colmar tu corazón y a regenerarlo. Y, también como el que te lleva al Padre.
* El Espíritu Santo, te impulsa con sus dones: ¿Percibes, en el fondo de tu corazón, su impulso? ¿Te sientes movido por èl? Decía Pablo a los romanos: “Los verdaderos hijos de Dios son aquellos que están movidos por el Espíritu de Dios” (Rm 8,14). Si lo percibes y lo sientes, te darás cuenta de que ya no hace ninguna falta que remes con la fuerza de tus puños para avanzar hacia Dios: el Viento sopla las velas de tu vida. La tradición cristiana llama dones (del Espíritu Santo) a estas velas que, bien desplegadas, te permiten aprovechar plenamente sus invitaciones y sugerencias. Estos dones son, también, radares, unas antenas muy finas que te permiten captar nuevos mensajes. Antenas que funcionan tanto mejor cuando lo hacen a menudo. Eso supone que has de estar a la escucha de sus enseñanzas interiores que sólo se revelan a los corazones que son muy sencillos y que están persuadidos de no merecer nada. El silencio de la oración te ayudará a todo esto.
¿Has tenido la experiencia, alguna vez, de que te “golpeara” algún pasaje del Evangelio con una enorme fuerza? ¿Qué pasó en ese momento? Fui el Espiritu Santo que hizo resonar en tu corazón esas palabras de Jesús, que tu memoria había grabado sin concederle mucha importancia. Fui èl que provocó ese cambio profundo en tu existencia.
Si quieres crecer en la vida cristiana debes dejarte invadir y transformar cada vez más por èl. Sintiéndote lleno de su presencia  puedes lanzarte hacia Dios y hacia tus hermanos con un gran corazón dilatado.
Recuerda lo que decía el profeta Isaías: “Brotará un retoño de la cepa de Jesé (padre del rey David). Sobre él reposará el Espíritu del Señor, Espíritu de sabiduría y de inteligencia, Espíritu de consejo y de fortaleza, Espíritu de conocimiento y de temor de Dios” (Is 11, 1-2).

HOY TE DIGO SEÑOR JESÙS......


lunes, 27 de febrero de 2017

HOY TE DIGO SEÑOR JESÚS......


¡QUE EL SEÑOR TE CONCEDA TODO LO QUE PIDES! (Salmo 20)



El Señor te haga triunfar 
en el momento del peligro, 
que el nombre del Dios de Jacob sea tu baluarte. 
Que él te auxilie desde su Santuario 
y te proteja desde Sión; 
que se acuerde de todas tus ofrendas 
y encuentre aceptables tus holocaustos.
Que satisfaga todos tus deseos 
y cumpla todos tus proyectos, 
para que aclamemos tu victoria 
y alcemos los estandartes 
en nombre de nuestro Dios. 
¡Que el Señor te conceda todo lo que pides! 
Ahora sé que el Señor 
ha dado la victoria a su Ungido, 
lo ha hecho triunfar desde su santo cielo 
con las proezas de su mano salvadora. 
Unos se fían de sus carros y otros de sus caballos, 
pero nuestra fuerza está en el nombre 
de nuestro Dios. 
Ellos tropezaron y cayeron, 
mientras nosotros nos mantuvimos erguidos 
y confiados. 
¡Señor, concede la victoria al rey, 
escúchanos cuando te invocamos!






domingo, 26 de febrero de 2017

TOMA MIS LAGRIMAS SEÑOR (Canción, Letra y video)

HE CREADO UN VÍDEO, DE ESTA CANCIÓN TAN HERMOSA, AHORA PUBLICARE CANCIONES EN MI CANAL DE YOU TUBE,  JESÚS MI LUZ DIVINA, 

ESPECIALMENTE PARA USTEDES, ESPERO LES GUSTE....


DIOS LOS BENDIGA!!!!!!!

viernes, 24 de febrero de 2017

HOY TE DIGO SEÑOR JESUS....



EL CORAZÓN DE TODA PERLA


 

Cuentan los malacólogos (biólogos especializados en moluscos) que para producir la perla perfecta, la ostra necesita hacerse de la más mínima esquirla en torno a la cual enquistar, tejiéndola con nácar para volverla una gema. Puede ser un minúsculo grano de arena o cualquier residuo pero si esta escoria llegase a faltar, si no tuviera este sólido núcleo, la perla resultaría deforme.
En el corazón de toda perla bella hay un poco de escoria bien aprovechada. Una perla no es otra cosa que el fruto de una ostra que ha sabido transformar en algo hermoso lo desagradable de su entorno. Creo que cada uno de nosotros tiene suficientes esquirlas para escoger, aunque prefiramos llamarlas “cruces”; solemos pedir perlas a Dios y en cambio recibimos granos de arena.

“Besad de corazón frecuentemente las cruces que Nuestro Señor mismo pone sobre vuestros hombros; no miréis si son de madera preciosa o perfumada, ellas son más cruz cuanto sean de una madera más vil, abyecta y maloliente” San Francisco de Sales.
No olvidemos nunca que Dios concede en forma de semilla todo fruto que le pedimos, la clave está en aprender a transformarlas. No se trata de ser positivos ante las situaciones porque esto es solamente una actitud psicológica; se trata de crecer en la esperanza, teniendo la confianza de que cuanto nos sucede está previsto y regulado por la Mano de Alguien que es Amor, que sabe lo que hace y que ve mucho mejor que nosotros.
“En paz me duermo y en seguida descanso porque Tú solo, Señor, me has confirmado en la esperanza” (Salmo 4, 10)

Por tanto, no arrojemos nuestras perlas a los cerdos (Mt. 7,6), no desperdiciemos nuestras esquirlas, cuando podemos producir con ellas un bello collar.

Artículo escrito por nuestro  católico con acción Tony Guzmán (católico con acción)

jueves, 23 de febrero de 2017

HOY TE DIGO SEÑOR JESUS.....


CÓMO SUPERAR LA TRISTEZA Y LOS MOMENTOS DE OSCURIDAD


El silencio y la oración es la mejor manera de superar nuestros momentos más oscuros, en lugar de recurrir a pastillas o bebidas alcohólicas para escapar de nuestros males.
Todos nosotros, tarde o temprano experimentamos una oscuridad espiritual, el ejemplo es claro a través del Libro de Job (3,1-3, 11-17, 20-23), quien estuvo atravesando por una desolación espiritual y estuvo desahogando sus penas ante Dios.  Aunque Job estaba en serios problemas y había perdido todo, él nunca maldijo a Dios y su arrebato fue el de un hijo frente a su padre.
Nadie está exento en algún momento de experimentar momentos oscuros de la desolación espiritual. El Papa Francisco nos dio y explicó cómo podemos superarlos.

Momentos de oscuridad espiritual

La desolación espiritual es algo que nos sucede a todos nosotros: puede ser más fuerte o más débil, pero esa sensación de oscuridad espiritual, de desesperanza, falta de confianza, carece del deseo de vivir, sin ver el final del túnel, con tanta agitación en el corazón y en las ideas...
La desolación espiritual nos hace sentir como si nuestras almas son aplastadas, no podemos tener éxito y también no queremos vivir: "La muerte es mejor!" Este fue el estallido de Job. Era mejor morir que vivir así.

Entender al corazón en estos momentos
Tenemos que entender que cuando nuestra alma está en este estado de tristeza generalizada apenas podemos respirar: Esto nos sucede a todos nosotros... Ya sea fuerte o no... a todos nosotros. Necesitamos entender lo que pasa en nuestros corazones.
¿Qué debemos hacer cuando experimentamos estos momentos oscuros, ya sea por una tragedia familiar, una enfermedad, o algo que nos pesa?
Algunas personas pensarían en tomar una pastilla para el sueño y eliminar sus problemas o con beber una, dos, tres o cuatro copas... Éstos métodos no ayudan, pero existen algunas claves para hacer frente a esta desolación espiritual cuando nos encontramos tibios, deprimidos y sin esperanzas, una buena solución para enfrentar momentos oscuros y tristes, la mejor manera de salir de esta situación de tristeza y desolación es rezar, rezar en voz alta, al igual que lo hizo Job, día y noche hasta que Dios escuche.
Es una oración llamar a la puerta, ¡pero con la fuerza!:

"Señor, mi alma está hastiada de las dificultades. Mi vida está cercana al infierno. Estoy contado entre los que descienden a la fosa; Soy un hombre sin fuerzas"

¿Cuántas veces nos hemos sentido así, sin fuerza? Y aquí está la oración. Nuestro Señor mismo nos enseñó a rezar en estos terribles momentos.

"Señor, Tú me has sumergido al fondo del pozo. A mí, tu enojo me ha pesado. Que se eleve mi oración delante de ti, Señor"

Esta es la oración y es así como debemos orar en nuestros más oscuros, más terribles, más tristes y más aplastantes momentos y que realmente nos acaban. El silencio, la cercanía y la oración es lo que ayuda a aquellos que están sufriendo

La importancia del silencio, de estar cerca y el orar, es la manera correcta en la que las amigos deben comportarse cuando se enfrentan a aquellos que están experimentando momentos oscuros, previniendo palabras y discursos en estas situaciones que pueden hacer daño.

Tres claves del Papa Francisco para enfrentar momentos oscuros, triste y de desolación

1.- En primer lugar, hay que reconocer en nosotros mismos estos momentos de desolación espiritual, cuando estamos en la oscuridad, sin esperanza y preguntarse por qué.

2.- En segundo lugar, debemos orar al Señor, podemos tomar el Salmo 87 que nos enseña a orar durante nuestros momentos oscuros: "Que mi oración delante de ti, Señor"...

3.- En tercer lugar, cuando me acerco a una persona que está sufriendo, ya sea por enfermedad, o cualquier otro tipo de sufrimiento y que está experimentando una sensación de desolación, debemos estar en silencio, pero un silencio con mucho amor, con cercanía y caricias. Y no hay que hacer discursos que no ayudan en la final e incluso pueden hacer daño".

Oremos al Señor pidiendo que nos conceda estas tres gracias: la gracia de reconocer la desolación espiritual, la gracia de orar cuando estamos afligidos por este sentimiento de desolación espiritual y también la gracia de saber estar cerca de las personas que están sufriendo terribles momentos de tristeza y desolación espiritual.

 
 

miércoles, 22 de febrero de 2017

HOY TE DIGO SEÑOR JESUS......




¡SÁLVANOS CON TU PODER! (Salmo 107)



Mi corazón está firme Dios mio.

Voy a cantar al son de instrumentos: 
¡despierta, alma mía! 
¡Despierten, arpa y cítara, 
para que yo despierte a la aurora! 
Te alabaré en medio de los pueblos, Señor, 
te cantaré entre las naciones, 
porque tu misericordia se eleva hasta el cielo 
y tu fidelidad hasta las nubes. 
¡Levántate, Dios, por encima del cielo, 
y que tu gloria cubra toda la tierra! 
¡Sálvanos con tu poder, respóndenos, 
para que se pongan a salvo tus predilectos! 

 ¿Quién me llevará hasta la ciudad fortificada, 
quién me conducirá hasta Edóm, 
si tú, Señor, nos has rechazado 
y ya no sales con nuestro ejército? 
Danos tu ayuda contra el adversario, 
porque es inútil el auxilio de los hombres. 
Con Dios alcanzaremos la victoria, 
y él aplastará a nuestros enemigos.


 

martes, 21 de febrero de 2017

HOY TE DIGO SEÑOR JESUS......


LA HORMIGA APROVECHA SU CARGA PARA TRIUNFAR...


Hace un tiempo me puse a observar detenidamente la vida de las hormigas, y confieso que quedé asombrado al verlas trabajar con tanto orden y empeño.
Cierta vez, una hormiga en particular atrajo especialmente mi atención. Negra y de tamaño mediano, llevaba como carga una pajita que, al parecer, era seis veces más larga que ella misma. Después de avanzar casi un metro con semejante carga llegó a una especie de grieta, estrecha pero profunda, formada entre dos enormes piedras. Intentó cruzar de una manera y de otra, pero todo su esfuerzo fue en vano. Hasta que por fin la hormiguita hizo algo insólito: con toda habilidad apoyó los extremos de la pajita entre un borde y otro de la grieta, y construyó su propio puente para atravesar el abismo. Al llegar al otro lado, agarró nuevamente su carga y continuó su esforzado viaje sin inconvenientes.
La hormiga convirtió su carga en un puente, y de esa manera pudo continuar su viaje al hormiguero. De no haber llevado esa carga, bien pesada para ella, tendría que haber hecho un largo rodeo para avanzar en su camino…
¿Captamos el mensaje de esta historia? Muchas veces nos quejamos por los problemas, las cargas y las pruebas de voluntad que debemos soportar, sin darnos cuenta de que esas mismas cargas – bien utilizadas – pueden convertirse en puentes y peldaños que nos ayuden a triunfar y avanzar.
Debemos sobrellevar con valor nuestras cargas para convertirlas en puentes de éxito y prosperidad.
Confía en Dios. Él no permitirá que la prueba te aniquile; más bien te dará fuerzas para seguir con valor y alcanzar mayores alturas.
¡Alabado sea Dios!




lunes, 20 de febrero de 2017

LOS 3 ENEMIGOS DE NUESTRA ALMA Y CÓMO VENCERLOS EN LA BATALLA ESPIRITUAL


Debemos reconocer los enememigos que afectan nuestra vida espiritual y atacan nuestra alma, estos son:

¡ EL DEMONIO, EL MUNDO Y LA CARNE!

PELEAR DURO EN LA BATALLA
Ser un cristiano es ser un soldado, y estar listo para la batalla. ¡De hecho, el cristiano está en un constante estado de guerra! El sacramento de la confirmación nos comisiona a pelear la buena batalla, a correr la buena carrera, y a esparcir y defender la fe, algunas veces aún a costa de nuestra propia vida, como es el caso de los mártires. Entonces, debemos de confrontar a estos tres principales enemigos ¡y con la ayuda de Dios y su gracia santificante alcanzaremos la victoria!

EL DEMONIO

Satanás, Lucifer, el príncipe de este mundo, el mentiroso, el asesino desde el principio, todos estos títulos han sido dados al demonio en la Biblia. San Ignacio llama al demonio el enemigo de la naturaleza humana; Santo Tomás de Aquino le llama el tentador; San Agustín lo define como a un perro bravo encadenado y listo para atacar; San Patricio lo ve como un león rugiente que busca a quién devorar. Todos estos nombres y títulos señalan la maldad de la persona del demonio.
¡Su estrategia! Para vencer al demonio, debemos estar correctamente consciente de su estrategia ¡aquí algunos consejos!
1.- Primero: el demonio nunca descansa o se va de vacaciones. ¡Él trabaja 24/7! Su trabajo termina una vez que somos derrotados por la muerte.
2.- Segundo: cuando nos encontramos en un estado de desolación (de acuerdo a San Ignacio de Loyola) entonces es cuando el demonio lanza sus feroces flechas y dispara a matar. El Estado desolación significa, cuando no sentimos con poca fe, con poca esperanza o caridad, perezosos tímidos, deprimidos y desalentados, ¡listos para tirar la toalla y simplemente darnos por vencido! ¡Ese es la hora prima del demonio!
3.- Tercero: ¡Él conoce tu kriptonita! Superman era intrépido, omnipotente y victorioso siempre, excepto cuando era expuesto a la kriptonita, ¡ese era su fin y su derrota! Todos tenemos nuestra propia debilidad. El demonio sabe cuál es nuestra kriptonita, porque ha estudiado cada paso que damos y es un excelente psicólogo. Y aparte, ¡él puede anticipar y predecir nuestras futuras caídas y pone trampas en el tiempo! Ruega al Espíritu Santo que te revele cuál es tu propia Kriptonita; pregúntale a tu confesor o a tu guía espiritual.

LA CARNE

El demonio nos ataca desde afuera; la carne se revela desde adentro. Como resultado del pecado original todos tenemos una naturaleza humana, a la que Santo Tomás Aquino llama concupiscencia. San Pablo a menudo nos recuerda de su batalla interna que se libra dentro de nosotros entre la carne y el espíritu. El gran apóstol mismo expresa la batalla que él libraba, diciendo que bien que lo que él deseaba hacer terminaba siendo totalmente lo opuesto. En el jardín de Getsemaní Jesús advirtió a los apóstoles:
“Estén despiertos y oren para que no sean puestos a prueba; porque el espíritu se afana pero la carne es débil”.
La carne puede ser resumida a los siete pecados capitales, estas tendencias desordenadas, proclives o inclinaciones que nos llevan al pecado. Ellas son: la glotonería, la avaricia, la pereza, la lujuria, la ira, la envidia y el orgullo. Si no logramos vencer estas tendencias a través de la gracia de Dios seremos esclavos realmente, como Jesús lo dijo el pecado es la esclavitud; aun así, si logramos vencerlas, experimentaremos la paz y la libertad de los hijos de Dios.

EL MUNDO

De los tres enemigos el mundo es el más insidioso, laborioso y extremamente peligroso. El mundo en el que vivimos, en el cual nos encontramos rodeados, se inclina a engañarnos, hacernos creer que la verdadera y eterna felicidad puede ser encontrada y realizada aquí en la tierra. ¡En otras palabras la tierra es nuestra utopía!
¡Jesús nos promete lo opuesto! En esta vida ustedes tendrán luchas y batallas, y Jesús aún nos dijo que seremos odiados y perseguidos y probablemente muramos incluso en manos de nuestras propias familias. ¡Incluso Jesús fue tentado por el demonio que le ofreció a Él el mundo! (Mateo 4).
Nuestra Señora de Lourdes le dijo a su vidente Santa Bernardette que la verdadera felicidad no podía ser encontrada en este mundo. El cielo es nuestra verdadera y permanente casa; mientras tanto somos peregrinos que de ambulan por el mundo enrumbándonos hacia nuestro destino final.
El mundo todo lo que nos ofrece es extremadamente engañoso y mentiroso, se aferra a nosotros, casi puede penetrarnos como por ósmosis. Como cuando caminamos por un camino polvoso, el polvo desciende sobre nosotros sin darnos cuenta. Ese es el mundo. Estas son algunas de las cosas que el mundo nos dice típicamente y que están diametralmente opuestas es a los valores del Evangelio:
·                                 “Sólo se vive una vez”
·                                 ”Comete al mundo”
·                                 “¿A quién le importa lo que yo haga?”
·                                 “Vive y deja vivir”
·                                 “Dale un poco de su propia medicina”
·                                 “Solo hazlo”
·                                 “Porque yo lo valgo”
·                                 “Como y bebe sin limites”.

EXAMEN DIARIO DE SAN IGNACIO DE LOYOLA

Es por esa razón que el examen diario de conciencia de San Ignacio de Loyola es monumental si en realidad queremos desenmascarar la mundanidad de nuestros días y optar por escoger perseguir los valores del Evangelio ¡y caminar en las huellas de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo!
A través del examen de nuestras acciones, motivaciones e intenciones a la luz del Evangelio podemos mantenernos en el camino recto y estrecho
¡Sean Valientes! Mis amigos en Cristo.  Si Dios está con nosotros, ¿quién podrá estar contra nosotros? El señor es mi pastor; nada me faltará. Jesús nos da estas palabras en las que nos promete la victoria: “tengan valor Yo he vencido al mundo; yo estaré siempre con ustedes hasta el final de los tiempos”.
Debemos de luchar mano a mano con Jesús, María y San José en la victoria sobre el demonio, la carne y el mundo, ¡que será nuestra!


HOY TE DIGO SEÑOR JESUS.....



sábado, 18 de febrero de 2017

EN JESUS PUSE TODA MI ESPERANZA (Canción, Letra y video)


En Jesús Puse Toda Mi Esperanza, 
El Se Inclino Hacía Mí,
Y Escucho Mi Clamor,
Y Escucho Mi Clamor...
En Jesús Puse Toda Mi Esperanza,
El Se Inclino Hacía Mí,
Y Escucho Mi Clamor,
Y Escucho Mi Clamor...

Me Sacó De La Fosa Fatal,
Del Fango Cenagoso;
Acentó Mis Pies Sobre La Roca,
Mis Pasos Consolidó...

En Jesús Puse Toda Mi Esperanza,
El Se Inclino Hacía Mí,
Y Escucho Mi Clamor,
Y Escucho Mi Clamor...

Puso En Mi Boca Un Canto Nuevo,
Una Alabanza a Nuestro Dios,
Muchos Verán Y Creerán,
Y En Jesús Confiarán...

En Jesús Puse Toda Mi Esperanza,
El Se Inclino Hacía Mí,
Y Escucho Mi Clamor,
Y Escucho Mi Clamor...

En Tí Se Gozan Y Se Alegran,
Todos Los Que Te Buscan;
Repitan Sin Cesár,
¡Que Grande Es Nuestro Dios!

En Jesús Puse Toda Mi Esperanza,
El Se Inclino Hacía Mí,
Y Escucho Mi Clamor,
Y Escucho Mi Clamor...