Deseo compartir una reflexión que me llegó con todos ustedes.
Ojalá les sirva para evaluar su año 2016 y mejorar para el 2017!
A la vuelta de la esquina nos encontramos con el fin de
año, haciéndonos preguntas que nos pongan en perspectiva cómo ha sido este año
que cerramos, y esta vez, diría que la pregunta del año es:
¿Qué tanto te estiraste?
Para poner todo en contexto, cuando hablo de estirar, me refiero a lo siguiente: ¿Fui tan lejos como pude llegar? Es como si fuera una goma elástica, mientras más ancha puede abarcar más, pero esto no se trata de más, sino más bien hasta dónde la puedo alargar, esto se trata de retos.
Dicen que después de la zona cómoda hay un espacio desconocido, yo lo pienso como la vida misma estuviera justo ahí, después de que cruzamos esa línea, ahí donde nos sentimos nerviosos, sin manera de controlar nada, sin saber lo que va a pasar, con altas y bajas, es de la única forma en que la vida está disponible para mí.
¿Qué tanto amé? ¿A cuántas personas les entregué mi corazón incondicionalmente este año?
¿Qué tanto enseñé? ¿Compartí todo mi conocimiento o me quedé con algo para mí?
¿Qué tanto le regalé al número uno, a mí?
¿Qué tanto viví?
¿Pensé que me quedaba otro año o hice todo como si este fuera el último?
Siempre me preguntaba acerca de los países a los que quería ir y los ponía en lista de espera, hasta que todo fuera perfecto y se presentaran las circunstancias adecuadas para irme, pero en realidad ¿Esperé el momento perfecto o me arriesgué a tomar lo que venía?
¿Qué tanto creí, qué tan grande fue mi fe? ¿Fue incondicional o por momentos dudé?
Yo solo sé que esta vida no quiero que me agarre con los pantalones abajo, aquí viene el 2017 y lo que sucederá al igual que el 2016, será perfecto, adelante vida, adelante gente, que nos agarren compartiendo, bailando, amando, dando y gozando.
Si al final la vida sigue, otro año más y con la memoria principal: si no estás creciendo, estás muriendo.
¿Qué tanto te estiraste?
Para poner todo en contexto, cuando hablo de estirar, me refiero a lo siguiente: ¿Fui tan lejos como pude llegar? Es como si fuera una goma elástica, mientras más ancha puede abarcar más, pero esto no se trata de más, sino más bien hasta dónde la puedo alargar, esto se trata de retos.
Dicen que después de la zona cómoda hay un espacio desconocido, yo lo pienso como la vida misma estuviera justo ahí, después de que cruzamos esa línea, ahí donde nos sentimos nerviosos, sin manera de controlar nada, sin saber lo que va a pasar, con altas y bajas, es de la única forma en que la vida está disponible para mí.
¿Qué tanto amé? ¿A cuántas personas les entregué mi corazón incondicionalmente este año?
¿Qué tanto enseñé? ¿Compartí todo mi conocimiento o me quedé con algo para mí?
¿Qué tanto le regalé al número uno, a mí?
¿Qué tanto viví?
¿Pensé que me quedaba otro año o hice todo como si este fuera el último?
Siempre me preguntaba acerca de los países a los que quería ir y los ponía en lista de espera, hasta que todo fuera perfecto y se presentaran las circunstancias adecuadas para irme, pero en realidad ¿Esperé el momento perfecto o me arriesgué a tomar lo que venía?
¿Qué tanto creí, qué tan grande fue mi fe? ¿Fue incondicional o por momentos dudé?
Yo solo sé que esta vida no quiero que me agarre con los pantalones abajo, aquí viene el 2017 y lo que sucederá al igual que el 2016, será perfecto, adelante vida, adelante gente, que nos agarren compartiendo, bailando, amando, dando y gozando.
Si al final la vida sigue, otro año más y con la memoria principal: si no estás creciendo, estás muriendo.
En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los
necesitados y tener presentes las palabras del Señor Jesús, que dijo:
Más bienaventurado es dar que recibir. Hechos 20:35
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