"Ven, inspírame, porque quiero alabarte.
Abre mi corazón y
elévalo en tu presencia, para que te adore con sinceridad y gozo.
Tú
eres Dios, infinito, sin límites, sin confines. Tú eres
simple, único, sin mezcla de oscuridad, ni manchas, ni mentiras.
Tú estás en todas partes, penetrándolo todo, llenándolo todo con tu presencia.
Tú eres belleza pura, y bañas con tu luz todo lo que tocas.
Tú eres amor, amor sin egoísmo alguno, amor desinteresado, amor libre.
Ven
Espíritu Santo, para que pueda adorarte cada día, para que no me mire
permanentemente a mí mismo y sea capaz de reconocer tu claridad
hermosísima, tu perfección incomparable, tu esplendor, tu gracia, tu
maravilla, tu encanto eterno.
Ven Espíritu Santo.
Amén."
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