Ven y sácame del encierro donde me he clausurado, y abre mi vida a los
demás.
Derriba las paredes de mi pequeño yo.
Regálame, Espíritu Santo, el don de la disponibilidad.
Hazme disponible para
servir.
Hazme disponible para
escuchar.
Hazme disponible para
compartir.
Hazme disponible para
ayudar.
Hazme disponible para
acompañar.
Hazme disponible para
consolar.
Hazme disponible para
alentar.
Hazme disponible para
celebrar.
Ven Espíritu Santo,
abre mi corazón cerrado, para que no esté siempre pensando sólo en mis
necesidades y proyectos, para que aprenda a caminar con los demás, como un
verdadero hermano de todos.
Ven Espíritu Santo.
Amén.”
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