lunes, 17 de julio de 2017

EN TI ESTA LA FUENTE DE LA VIDA, POR TU LUZ VEMOS LA LUZ (Salmo 36))

Tu misericordia, Señor, llega hasta el cielo, 
tu fidelidad hasta las nubes. 

Tu justicia es como las altas montañas, 
tus juicios, como un océano inmenso. 
Tú socorres a los hombres y a las bestias: 
¡qué inapreciable es tu misericordia, Señor! 
Por eso los hombres se refugian 
a la sombra de tus alas. 
Se sacian con la abundancia de tu casa, 
les das de beber del torrente de tus delicias. 
En ti está la fuente de la vida, 
y por tu luz vemos la luz. 
Extiende tu gracia sobre los que te reconocen, 
y tu justicia sobre los rectos de corazón. 
¡Que el pie del orgulloso no me alcance 
ni me derribe la mano del malvado! 
Miren cómo cayeron los malhechores: 
fueron derribados, y ya no podrán levantarse.


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