martes, 1 de noviembre de 2016

ALEGRARME Y REGOCIJARME EN TI, CANTAR TU NOMBRE ALTÍSIMO.(Salmo 9)

Te doy gracias, Señor, de todo corazón
y proclamaré todas tus maravillas.
Quiero alegrarme y regocijarme en ti,
y cantar himnos a tu Nombre, Altísimo.
Cuando retrocedían mis enemigos,
tropezaron y perecieron delante de ti,
porque tú defendiste mi derecho y mi causa,
sentándote en el trono como justo Juez.
Escarmentaste a las naciones,
destruiste a los impíos
y borraste sus nombres para siempre;
desapareció el enemigo: es una ruina irreparable;
arrasaste las ciudades, y se perdió hasta su recuerdo.
Pero el Señor reina eternamente
y establece su trono para el juicio:
él gobierna al mundo con justicia
y juzga con rectitud a las naciones.
El Señor es un baluarte para el oprimido,
un baluarte en los momentos de peligro.
¡Confíen en ti los que veneran tu Nombre,
porque tú no abandonas a los que te buscan!
Canten al Señor, que reina en Sión,
proclamen entre los pueblos sus proezas.
Porque él pide cuenta de la sangre,
se acuerda de los pobres y no olvida su clamor.
El Señor se apiadó de mí, contempló mi aflicción;
me tomó y me alzó de las puertas de la Muerte,
para que pudiera proclamar sus alabanzas
y alegrarme por su victoria en las puertas de Sión


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