lunes, 7 de noviembre de 2016

6 PASOS PARA CRECER EN LA UNIÓN CON DIOS

El Papa Benedicto XVI nos ha animado a profundizar en nuestra vida de oración mediante el uso de un método clásico la "Lectio Divina". El Pontífice retirado exhortó fuertemente a los seguidores de Cristo a que utilicen la Palabra de Dios como un terreno fértil para ahondar en las profundidades de la oración.
Nuestra intención en este breve artículo es ofrecer los pasos que el Papa emérito sugiere y dar un toque más para motivarnos a no cansarnos en crecer en nuestra unión con Dios a través de una vida de oración más profunda.
La oración no tiene límites, dado que la oración es la unión con un Dios eterno e infinito. Estos son los pasos a seguir

1.- Lectura

Tome en sus manos el texto que ha elegido para meditar, a continuación léalo. Sin embargo, antes de comenzar a leer, invite al Espíritu Santo, conocido como el Maestro Interior, para que le ayude en la oración. Entonces, haga suya la oración del joven Samuel:
"Habla Señor, que tu siervo escucha"
Qué gran privilegio el tuyo, que Dios quiere ahora hablar a tu corazón.

2.- Meditación

Ahora queremos aplicar el uso de nuestra memoria y tratar de comprender lo que Dios está tratando de decirnos a través del texto escogido.
Alégrate en el hecho de que Dios en este momento tiene un mensaje especial que Él quiere comunicarte a través de esta lectura y meditación.
Estar abiertos a Dios; pensar y orar. Ser lo suficientemente valiente para pedir al Señor:
"Señor Dios, exactamente ¿cuál es el mensaje que quieres comunicar a mi corazón y a mi vida en este momento?"
¡El Espíritu Santo te escuchará y te responderá!

3.- Contemplación

Ahora utiliza otra facultad mental de la cual Dios te ha dotado y esa es el uso de ¡tu imaginación!
Todos tenemos una imaginación: tal vez una imaginación muy viva. Sin embargo, la imaginación es como una espada de doble filo; que puede ser utilizado para el bien o para el mal. Para mal, como cuando una persona casada, puede pasar el día soñando con una amiga del pasado, comprometiéndose así en el adulterio de la mente, lo que lleva al adulterio del corazón.
La imaginación usada para bien, podría ser como imaginar que estás caminando al lado del Buen Pastor (Salmo 23 / Juan 10) y contemplando la mirada amorosa del buen pastor mirando a sus ojos, escuchando Su voz suave y tranquilizadora, y experimentando su fuerte, pero amante abrazo alrededor de tu hombro cansado.
En resumen, nuestra imaginación debe ser entrenada para la búsqueda del bien

4.- Oración

Ahora hemos llegado al corazón mismo de la esencia y el propósito de la Lectio Divina y a la oración misma: ¡LA ORACIÓN!
Cuando la mente o la imaginación enciende una idea que desciende al corazón, es el momento de abrirse en la oración. Esto significa: abrir ahora tu corazón y hablar con el Señor en la forma más sencilla, confiada y de manera íntima.
Nuestro Señor es un Dios grande, pero nunca está demasiado ocupado para nosotros y siempre está listo y dispuesto a escucharnos cada vez que decidimos hablar con Él. Esta conversación con el Señor puede ser de unos pocos minutos, una media hora, una hora... Cualquiera que sea el tiempo que el buen Dios te inspire en lo más profundo de tu corazón.

5.- Acción

La oración auténtica debe ser llevada a la realidad de nuestras vidas. La Doctora de la oración, Santa Teresa de Ávila, hizo esta aguda observación:
"La prueba de fuego para demostrar que la oración es, en efecto auténtica, es por la manifestación de cómo la oración ha afectado a nuestras vidas"
Jesús mismo nos recuerda lo que podemos decir al árbol por sus frutos. Un buen árbol da buenos frutos; un árbol malo traerá frutos malos. Una persona que está rogando verdad con sinceridad, honestidad, rectitud de intención y amor a Dios, producirá frutos o virtudes en su vida. En el árbol de su vida va a florecer y prosperar lo siguiente: la fe, la esperanza, el amor, la humildad, la pureza, la mansedumbre, la paciencia, la obediencia, el autocontrol, la mortificación, y la fortaleza.
Nuestra Señora es nuestro ejemplo en todo momento. En la Anunciación contemplamos a María en la oración como contemplativa. En la Visitación, después de que María termina su oración, ella se apresura a llevar los frutos de su oración en el servicio a su prima Isabel.
Que el ejemplo de la Virgen nos motiven a ser contemplativos en acción.

6.- Transformación

De hecho, si nuestra Lectio Divina es verdadera, auténtica, algo real, entonces allí habrá una transformación gradual en nuestra vida diaria.
Hay un dicho muy famoso que dice: "Dime con quién andas y te diré quién eres" Otro de esos proverbios oportunos clavados en las paredes de las casas: "Las aves de la manada permanecen juntas".
Nuestro objetivo debería ser la implementación de las palabras del gran Apóstol San Pablo:
"Ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí".
Este es el objetivo final de la Lectio Divina y toda auténtica oración: la imitación de Jesucristo, siguiendo sus huellas, y transformándonos en su misma esencia y ser.
¿Qué estas esperando? ¿Por qué no empezar hoy tu propia Lectio Divina? Elije tu texto, lee, medita, contempla, ora, vive y deja que Dios, a través de la acción del Espíritu Santo te transforme en el santo que Dios quiere que seas.



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