jueves, 15 de septiembre de 2016
AL QUE CREE TODO LE ES POSIBLE
¿Cuál es la medida de su fe?
Lamentablemente disponemos de todo, menos de un termómetro que pueda medir nuestro grado de fe. Y digo que lamentablemente porque si pusiéramos este termómetro en el corazón de los cristianos que abarrotan nuestras congregaciones, nos llevaríamos grandes sorpresas...
El Señor Jesús recriminó la poca fe de sus discípulos. Quizá estaban diciendo las palabras indicadas, en el momento oportuno, pero no tenían fe. Y ese es un gran inconveniente para ver las maravillas del Señor. La incredulidad cierra puertas para que señales y prodigios ocurran.
Reconozca su grado de Fè
Hay quienes aseguran que tienen mucha fe. Pero si realizaran un examen honesto, tendrían que admitir que les falta mucho trecho por recorrer. De ahí que la frase que expresa este angustiado padre a nuestro Señor Jesús, tenga una importancia fundamental: Creo; ayuda mi incredulidad”. Es admitir que nos falta mucho más para creer plenamente. Pero es necesario que lo admitamos ante Dios.
Deposite su confianza en Dios
Un segundo paso, el más importante: Deposite toda su esperanza y confianza en Dios. El Maestro obró cuando vio a ese padre que se rindió a él, reconoció que humanamente no podría hacer nada por su hijo y le dijo: Señor, ayúdame.
en todos los casos, para recibír un milagro debemos reconocer la imposibilidad humana de hacer algo a favor y por nuestra cuenta y decidir confiar en Dios. Y es en ese momento donde los hechos sorprendentes, inexplicables, ilógicos, ocurren...
Le invito para que deposite toda su confianza en el Hijo del Dios altísimo, el Señor Jesucristo. Pídale en oración por ese milagro que necesita y espere en el tiempo de Él. Puedo asegurarle que verá grandes maravillas, porque nuestro Creador es maravilloso...
Por: Fernando Alexis Jiménez
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