jueves, 29 de septiembre de 2016

PROHIBIDO QUEJARSE (Reflexiones)


Pensaba que mi vida no iba bien. Sentía que algo siempre me faltaba. Entonces hablé con Dios.

- Me quejé de lo que me salió mal en el trabajo, pero no agradecí las manos que tengo para trabajar y el hecho de poder tener un trabajo que sustenta mi vida.

- Me quejé de tener que soportar el ruido de mis hermanos, pero no agradecí el hecho de tener una familia.

- Me quejé cuando no tenía lo que más me gustaba para comer, pero olvidé agradecer el hecho de tener qué comer.

- Me quejé de mi salario, cuando millones ni siquiera tienen uno por estar desocupados.

- Me quejé porque no apagaban la luz de mi cuarto al salir, pero no pensé en que muchos no tienen hogar donde tener alguna luz encendida.

- Me quejé de no poder dormir un poquito más, olvidando a quienes darían todo por tener su cuerpo sano para poder levantarse.

- Me quejé porque mi madre me reprendía, cuando millones desearían tenerla viva para poder honrarla y abrazarla.

- Me quejé porque no tenía tiempo, cuando me solicitaron dar una charla sobre Jesucristo, olvidando el privilegio que es poder hablar a otros de Su infinito Amor.

- Me quejé porque mi tren llegó tarde. Olvidé que hay millones de personas que han tenido que abandonar su casa y sus pertenencias, por sufrir persecución religiosa o por huir de la guerra, que viajan en tren buscando refugiarse en países más prósperos.

Dios me iluminó en esa conversación y entonces comprendí mi egoísmo y lo ingrato que he sido con Él. Fue cuando entonces comencé a agradecerle todas las cosas que había olvidado, y aún más de aquellas por las que tanto me quejaba.

Recuerda este proverbio: "Pobre del que, al final del día, no sepa qué agradecer ni a Quien".

¡Que Dios bendiga tu día! Y ya sabes... ¡no te quejes!


miércoles, 28 de septiembre de 2016

12 ESTRATEGIAS PARA HUIR DE LA TENTACION



Ante la tentación… ¡Huye! 12 Estrategias para salir bien parado en esos momentos de lucha

Todos nosotros, los seres humanos, venimos con un dos softwares instalados en el corazón; uno dice así: «…pondré mi ley dentro de ellos, y la escribiré en sus corazones: Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo» (Jeremías 31, 33b). Y otro que dice así: «Cada uno es tentado por sus propias concupiscencias (inclinación natural al pecado, deseo por aquello que satisface el cuerpo), que lo arrastra y seduce» (Santiago 1, 14).
Es decir, pareciera ser que venimos programados para hacer las cosas según la voluntad de Dios, que obviamente es lo mejor para nosotros, pero al mismo tiempo hay en nosotros un deseo y una fragilidad que nos hacen proclives a ser tentados. Es muy importante la diferenciación entre tentación y pecado. La tentación no es pecado. La tentación es anterior al pecado. El pecado es el consentimiento de la tentación. Todo pecado va precedido de una tentación, pero no toda tentación termina en pecado.
Aquí es donde nos queremos detener, pues las tentaciones son algo muy propio de los seres humanos y es buena idea tener algunas herramientas para dar la pelea, pues no es cosa fácil escapar y salir ileso. Y si quieres saber cómo es que actúa en nosotros, te invitamos a revisar este post para aclarar todas tus dudas.

Nos dice el libro de Eclesiástico comenzando el capítulo 2 que «si te acercas a servir al Señor» (otras traducciones dicen «si te dedicas a la vida espiritual»), prepárate para las tentaciones.
De San Antonio Abad se narra que en una visión contempló que para todo un barrio solamente había un demonio tratando de hacer pecar a la gente, mientras que para una persona espiritual estaban siete demonios atacándola. Y preguntado el por qué, le respondieron: «Es que entre mundanos se invitan a pecar los unos a los otros, en cambio para las personas espirituales sí se necesitan espíritus infernales para hacerlas pecar».

Siendo así la cosa, aquí te dejamos algunas ideas para que cuando venga la tentación, sigas de pie
:


1-Examina y pregúntate: ¿Será o no una tentación?

No siempre es fácil discernir qué cosa es una tentación qué no lo es.
Algunas veces nada parece tentación y todo pasa como un deseo natural muy bien aceptado. Muchas veces encontramos justificación espiritual en lo que sentimos y finalmente no tiene nada de espiritual. El otro extremo es ver todo como tentación. Cualquier cosa hace dudar y cuestionarse si viene de Dios o de la carne.

"La tentación, ¿de dónde viene?, ¿cómo actúa dentro de nosotros? El apóstol nos dice que no viene de Dios, sino de nuestras pasiones, de nuestras debilidades interiores, de las heridas que ha dejado en nosotros el pecado original: las tentaciones vienen de allí, de estas pasiones. Es curioso, la tentación tiene tres características: crece, contagia y se justifica" (Papa Francisco).

2-No dialogar con ella

Si te das cuenta que estás siendo tentando, no comiences la negociación, porque terminarás acomodando todo para que calce perfecto y cuando menos te des cuenta, en vez de conversación estarás metido hasta el cuello en un pecado. Con la tentación se lucha y se evita, no se conversa.

3-Mantente ocupado

Es sencillo, si te sobra tiempo es mucho más probable que la concupiscencia haga de las suyas en tu vida. Tenemos una inclinación natural a satisfacer nuestra carne, buscar el placer y hacer aquello que, sintiéndose como bien, no es para nada bueno. Mantente ocupado. En ese sentido, hacer apostolado es una excelente forma de usar tu tiempo y tus dones. Busca un apostolado.

4-Acude a tú mamá que es la realmente te cuida

La Virgen María es aquella que  nunca cayó en tentación y pisó la cabeza de la serpiente. No es un ángel ni un Dios, es un ser humano como nosotros, con fragilidades y tentaciones, pero supo como mantener una vida en la gracia de Dios y sobreponerse a todas las tentaciones. Mantente cerca de ella, su intercesión es una fuerte arma contra la tentación, pues somos sus hijos y quiere lo mejor para nosotros.

5-No dudes sobre quién eres realmente

Cuando Jesús fue tentado, el demonio quería hacerlo dudar sobre quién realmente era diciéndole: "Si realmente eres el Hijo de Dios"  has esto o aquello. ¿Cuántas veces te has cuestionado tu valor, tu carácter, tus capacidades y has querido demostrarte a ti mismo y a los demás que eres alguien haciendo algo que no debías hacer? Conócete a ti mismo y no dudes de eso.

6-Ten una vida de oración

"Velen y oren para que no caigan en tentación" (Mateo 26, 41).
Esas palabras de Jesús hacen eco en nuestros corazones cada vez que estamos sometidos a la tentación y la mayoría de las veces en que caemos en ella y cometemos un pecado nos podríamos preguntar ¿Velamos y nos mantuvimos en oración? Seguramente no lo hicimos, justamente por eso terminamos por el suelo. ¡Ánimo! a mantenernos atentos y orar.

7-Ten armas espirituales

Los sacramentos vendrían a ser algo así como armas nucleares al momento de enfrentarse a la tentación, sobre todo la Eucaristía y la Confesión. Si te pones ropa limpia, seguro querrás que dure en ese estado la mayor parte del día sobre todo si vas bien vestido y te ves muy bien. En cambio si sales de casa con lo primero que encontraste que no combina, que está sucio y huele feo, no te molestará ensuciarte aun más. Mantente limpio, pues así cuidarás mejor de ti y la gracia de Dios en los sacramentos te ayudará.

"Revístete de las armas de Dios par que puedas resistir las asechanzas del Diablo" (Efesios 6, 11).

8-Ejercita tus virtudes

El Catecismo (CEC 1805-09) nos enseña que existen cuatro virtudes cardinales y estaría fantástico que además de conocerlas y pedirlas a Dios, las ejercites a diario, pues mientras más fuertes estén estás virtudes en ti, menos sucumbirás ante la tentación:
  • Prudencia, ayuda a discernir el bien y elegir los medios para realizarlo.
  • Justicia, es la constante y firme voluntad de dar al prójimo y a Dios lo que es debido.
  • Fortaleza, asegura la firmeza y la constancia en el bien y ayuda a resistir las tentaciones y superar obstáculos.
  • Templanza, modera la atracción hacia los placeres y el dominio de la propia voluntad.

9-Entrena tu voluntad

Tu voluntad es como un músculo y debes entrenarlo. Si ya no te queda espacio ni para una miga de pan después del almuerzo, pero no eres capaz de decir "no gracias" cuando te ofrecen más comida, entonces estarás en problemas cuando la tentación no sea un plato extra, sino algo más grande.
Comienza por cosas pequeñas como el ayuno de algunas comidas y puedes seguir con cosas un poco más grandes como el "Minuto heroico".

10-Pide no caer en tentación

Jesús nos enseño que debemos pedir a Dios Padre que no nos deje caer en tentación y nos libre del mal.
Le pedimos a Dios que no nos deje tomar el camino que nos lleva al pecado.
"Ninguno, al ser tentado diga: Es Dios quien me está tentando; pues Dios no puede se tentado por el mal ni tampoco él tienta a nadie" (Santiago 1, 13).

Dios juega en nuestro equipo, nunca va a poner el pie para hacernos tropezar y caer, el quiere darnos la mano cuando estamos trastabillando y evitar la caída. Pide su ayuda.

11-Sé astuto, esquiva el riesgo

Seguro logras identificar algunas situaciones que te vuelven vulnerable a las tentaciones, es sencillo: ¡Evítalas! ¿Para que te vas a meter ahí si sabes que vas a salir mal parado? Es mejor estar siempre atento a lo que se viene y si te das cuenta que no te darán las fuerzas, no te expongas a tener que luchar contra la tentación, simplemente evítala.

12-Huye por tu vida

Si ya te diste cuenta que estás frente a una tentación inminente y conociendo tus fuerzas sabes que la cosa se viene difícil, entonces el mejor y más efectivo de los consejos que puedo darte es: ¡Huye por tu vida! por tu vida espiritual, por tu vida eterna, por tu vida cotidiana.
Y te lo voy a argumentar bíblicamente:

José, frente a una oferta sexual inminente pero incorrecta: "Mas él, dejando el manto entre sus manos, salió afuera y huyó" (Génesis 39, 12b).

La juventud nos juega malas pasadas: "Huye de los impulsos apasionados de la juventud y procura practicar la justicia, la fe, el amor, la paz con los que invocan al Señor con sincero corazón" (2 Timoteo 2, 22).

Huye, porque muerde:"Huye del pecado como de una serpiente, porque si te acercas te morderá" (Eclesiástico 21, 2a).





martes, 27 de septiembre de 2016

¡QUÉ MARAVILLOSAS SON TUS OBRAS! (Salmo 139)

Señor, tú me sondeas y me conoces,
tú sabes si me siento o me levanto;
de lejos percibes lo que pienso,
te das cuenta si camino o si descanso,
y todos mis pasos te son familiares.
Antes que la palabra esté en mi lengua,
tú, Señor, la conoces plenamente;
me rodeas por detrás y por delante
y tienes puesta tu mano sobre mí;
una ciencia tan admirable me sobrepasa:
es tan alta que no puedo alcanzarla.
¿A dónde iré para estar lejos de tu espíritu?
¿A dónde huiré de tu presencia?
Si subo al cielo, allí estás tú;
si me tiendo en el Abismo, estás presente.
Si tomara las alas de la aurora
y fuera a habitar en los confines del mar,
también allí me llevaría tu mano
y me sostendría tu derecha.
Si dijera: "¡Que me cubran las tinieblas
y la luz sea como la noche a mi alrededor!",
las tinieblas no serían oscuras para ti
y la noche sería clara como el día.
Tú creaste mis entrañas,
me plasmaste en el seno de mi madre:
te doy gracias porque fui formado
de manera tan admirable.
¡Qué maravillosas son tus obras!
Tú conocías hasta el fondo de mi alma
y nada de mi ser se te ocultaba,
cuando yo era formado en lo secreto,
cuando era tejido en lo profundo de la tierra.
Tus ojos ya veían mis acciones,
todas ellas estaban en tu Libro;
mis días estaban escritos y señalados,
antes que uno solo de ellos existiera.
¡Qué difíciles son para mí tus designios!
¡Y qué inmenso, Dios mío, es el conjunto de ellos!
Si me pongo a contarlos, son más que la arena;
y si terminara de hacerlo,
aún entonces seguiría a tu lado.

lunes, 26 de septiembre de 2016

LA SINCERIDAD (Reflexiones)


Hubo una vez un emperador que convocó a todos los solteros del reino pues era tiempo de buscar pareja a su hija.

Todos los jóvenes asistieron y el rey les dijo: 
"Os voy a dar una semilla diferente a cada uno de vosotros, al cabo de 6 meses deberán traerme en una maceta la planta que haya crecido, y la planta más bella ganará la mano de mi hija, y por ende el reino".

Así se hizo, pero había un joven que plantó su semilla y ésta no germinaba. Mientras tanto, todos los demás jóvenes del reino no paraban de hablar mostrando las hermosas plantas y flores que habían sembrado en sus macetas.

Pasaron los seis meses y todos los jóvenes se dispusieron a desfilar hacia el castillo con hermosísimas y exóticas plantas. 
El joven estaba muy triste pues su semilla nunca germinó y ni siquiera quería ir al palacio. Su madre insistía en que debía ir pues era un participante y debía estar allí. 
Con la cabeza baja y muy avergonzado, desfiló al final hacia el palacio con su maceta vacía. 

Todos los jóvenes hablaban de sus plantas, y al ver a nuestro amigo se rieron abiertamente burlándose de él. En ese momento el alboroto fue interrumpido por la entrada del rey, al que todos hicieron su respectiva reverencia mientras él se paseaba entre todas las macetas admirando las plantas.

Finalizada la inspección hizo llamar a su hija, y llamó de entre todos al joven que llevó su maceta vacía. Atónitos, todos esperaban la explicación de aquella acción.

El rey dijo entonces: 
"Este es el nuevo heredero del trono y se casará con mi hija, pues a todos ustedes se les dio una semilla infértil, y todos trataron de engañarme plantando otras plantas. Este joven tuvo el valor de presentarse y mostrar su maceta vacía, siendo sincero, real y 
valiente, cualidades que un futuro rey debe tener y que mi hija merece".

Moraleja:
"LA SINCERIDAD, SERÁ POR SIEMPRE UNA VIRTUD". DÍ SIEMPRE LA VERDAD, independientemente de las circunstancias.

 

viernes, 23 de septiembre de 2016

LLEVAR MI CRUZ


No existe únicamente la cruz de Cristo, existe también nuestra cruz. 

Y, entonces, ¿cuál es esta cruz? Amigo, quiero decirte dos palabras, a este propósito, con mucha claridad, como se hace entre verdaderos amigos. 

Tenlo presente. La cruz que no te va bien es precisamente la tuya. 

La cruz no es un vestido, ni un par de zapatos que te deben venir a la medida. La cruz jamás va a la medida de tu gusto y de tus exigencias particulares. Desgarra, magulla, araña, arranca la piel, aplasta, doblega... 

Y, sin embargo, no hay duda. Para que sea de verdad tuya, la cruz no debe irte bien. Por cualquier lado que la mires, la cruz nunca va bien. 

Tampoco a Cristo le iba bien su cruz. No le fue bien la traición de Judas, el sueño de los apóstoles, la conjura de sus enemigos, la fuga de sus amigos, las negociaciones de Pedro, las burlas de los soldados, el grito feroz del pueblo. 

La cruz, para que lo sea, no debe irte bien. 

Esa cruz que te viene encima en el momento menos oportuno -una enfermedad que te pilla mientras tienes muchas cosas que hacer y que te echa por tierra un montón de proyectos -es la "tuya". 

Esa cruz que nunca hubieras esperado -aquel golpe cobarde que te ha venido de un amigo, aquella frase que tenía el chasquido de un latigazo, aquella calumnia que te ha dejado sin respiración- es "tu" cruz. 

Esa cruz que tú no habrías elegido nunca entre otras mil -"una cosa así no debía sucederme a mí"- no hay duda: es "tu" cruz. 

Esa cruz que te parece excesiva, disparatada, desproporcionada a tus débiles fuerzas -"es demasiado, no puedo más"- no pertenece a los otros: es la "tuya". 

No te hagas ilusiones. No existe una cruz a la medida. 

Para ser cruz tiene que estar fuera de medidas. 

Intenta buscar. Registra por todas partes. Examina todo bien. 

Valóralo con atención. Y, si encuentras al final la cruz que te va bien, tírala. Esa, ciertamente, no es la tuya. 

Las señales para reconocer si una cruz es tuya son desconcertantes: imprevisión, repugnancia, malestar, imposibilidad, inoportunidad, sentido de debilidad. 

Si una cruz se te presenta como antipática, desagradable, excesiva, demasiado ruda, insoportable, no dudes en cargar con ella. Te pertenece. 

Por otra parte, no importa que no sea "tuya" en el momento de partir. Llegará a serlo durante el camino, a través de una cierta familiaridad que se establecerá entre tú y ella. 

Al principio se te presentará como si te fuera extraña. 

Después descubrirás que es verdaderamente tuya. 

Sólo llevándola te darás cuenta de que esa cruz es "tuya". 

Esto no quiere decir, entiéndase bien, que las relaciones entre tú y la cruz se hagan idílicas, que todo marche bien. Con la cruz no hay nada que marche bien. La cruz marca surcos profundos en las espaldas y en el corazón. 

Pero, a pesar de todo, se establecerá una familiaridad. Una familiaridad sufrida, pero justificada por el sentido que se descubre poco a poco, caminando. Y aun cuando el significado no aparezca claro, siempre está la fe que te invita a dejarte conducir de la mano de alguien que sabe. 

No eres tú quien tiene que saber. 

¿Qué es la fe?: Fe, quiere decir simplemente, saber que él sabe, aun cuando tú estés a oscuras. 

Adelante, pues, con esa cruz que no te va bien. Con la cruz que no está hecha a medida. 

Lo que cuenta no es que la cruz esté hecha a tu medida. 

Lo esencial es que tú seas a la medida de Cristo.


jueves, 22 de septiembre de 2016

EL SEÑOR ES CLEMENTE Y MISERICORDIOSO (Salmo 45)


Te ensalzaré, Dios mío, mi Rey;
bendeciré tu nombre por siempre jamás.

Día tras día, te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.


Grande es el Señor, merece toda alabanza,
es incalculable su grandeza;
una generación pondera tus obras a la otra,
y le cuenta tus hazañas.


Alaban ellos la gloria de tu majestad,
y yo repito tus maravillas;
encarecen ellos tus temibles proezas,
y yo narro tus grandes acciones;
difunden la memoria de tu inmensa bondad,
y aclaman tus victorias. 


El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. 


Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas;

explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.


Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad.

miércoles, 21 de septiembre de 2016

GRACIAS SEÑOR POR LO QUE IGNORAS (Reflexiones)


Hola Señor, soy yo ¿me recuerdas?,
estoy seguro de que sí.

Siempre te he agradecido por lo que me has dado
y siempre me has respondido cuando te lo he pedido,
pero hoy quiero agradecerte por las
peticiones que ignoras ....
así es, aunque suene extraño,
quiero agradecerte por no hacer
caso de esas peticiones absurdas
que muchas veces en momentos
tristes o angustias en mi vida he hecho.

Gracias por no darme el dinero extra
que me hubiera quitado la paz.

Gracias por no darme ese trabajo lejano
que me hubiera alejado de mi
familia.

Gracias por no darme fortunas ni fama
que me hubieran hecho y frío.

Gracias por no darme el conocimiento,
que me hubiera hecho pensar que
no te necesitaba.

Gracias Señor, pues no me das lo que
no es bueno para mí,
no me das aquello con lo que me puedo
lastimar y alejar de Ti,
aunque en el momento me halla enojado.

Ahora te doy gracias,
pues no me das lo que no me es útil ...
Gracias Señor por lo que ignoras...

Tu hijo Amado.






martes, 20 de septiembre de 2016

DOMINAR LAS PREOCUPACIONES


1.- Si nuestra preocupación es por algo presente, es útil el analizar cuidadosamente el problema, luego buscar lo que se puede hacer para solucionarlo, y finalmente decidirse por alguno de los medios que aparecen.

2.- No hacer grande lo pequeño. No agitarse por naderías. Válgase de aquel dicho popular: “Más se perdió en el diluvio”

3.- Alegrarnos de lo que tenemos y no prestar atención fija en lo que no tenemos y que quizá ni falta nos hace. Muchas de nuestras exigencias no nos hacen felices, solo crean servidumbres y preocupaciones.

4.- No hagamos caso de críticas, calumnias o burlas. Hagamos el bien y dejemos que critiquen. Es frecuentemente que se critique a personas que valen y precisamente porque algo se están destacando. También a Cristo lo criticaron y aun lo traiciono un amigo. Que las críticas nos ayuden a perfeccionarnos.

5.- El encomendarse a Dios y confiar en su poder y en su amor a nosotros, disipa muchas preocupaciones. La oración confiada es de lo mejores medio para tranquilizar en los problemas y para resolverlos mejor. Cristo sufría en el huerto de los olivos y le dio fortaleza.

Te invito a que en tus momentos de preocupación te dirijas a Dios orando con el salmo 33:


lunes, 19 de septiembre de 2016

DIOS MIO EN TI CONFIO, (Salmo 25)


A ti, Señor, levanto mi alma;
Dios mío, en ti confío,
no quede yo defraudado,
que no triunfen de mí mis enemigos;
pues los que esperan en ti no quedan defraudados,
mientras que el fracaso malogra a los traidores.

Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador,
y todo el día te estoy esperando.

Recuerda, Señor, que tu ternura
y tu misericordia son eternas;
no te acuerdes de los pecados
ni de las maldades de mi juventud;
acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor.

El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes.

Las sendas del Señor son misericordia y lealtad
para los que guardan su alianza y sus mandatos.
Por el honor de tu nombre, Señor,
perdona mis culpas, que son muchas.

¿Hay alguien que tema al Señor?
Él le enseñará el camino escogido:
su alma vivirá feliz,
su descendencia poseerá la tierra.

El Señor se confía con sus fieles
y les da a conocer su alianza.
Tengo los ojos puestos en el Señor,
porque él saca mis pies de la red.

Mírame, oh Dios, y ten piedad de mí,
que estoy solo y afligido.
Ensancha mi corazón oprimido
y sácame de mis tribulaciones.

Mira mis trabajos y mis penas
y perdona todos mis pecados;
19 mira cuántos son mis enemigos,
que me detestan con odio cruel.

Guarda mi vida y líbrame,
no quede yo defraudado de haber acudido a ti.
La inocencia y la rectitud me protegerán,
porque espero en ti.

Salva, oh Dios, a Israel
de todos sus peligros.

viernes, 16 de septiembre de 2016

LA MARIPOSA


Un hombre encontró un capullo de una mariposa y se lo llevó a casa para poder ver a la mariposa cuando saliera del capullo.

Un día vió que había un pequeño orificio y entonces se sentó a observar por varias horas, viendo que la mariposa luchaba por abrirlo mas grande y poder salir.

El hombre vió que la mariposa forcejeaba duramente para poder pasar su cuerpo a través del pequeño agujero, hasta que llegó un momento en el que pareció haber cesado de forcejear, pues aparentemente no progresaba en su intento.

Parecía que se había atascado. Entonces el hombre, en su bondad, decidió ayudar a la mariposa y con una pequeña tijera cortó al lado del agujero para hacerlo más grande y ahí fue que por fin la mariposa pudo salir del capullo. Sin embargo, al salir la mariposa tenía un cuerpo muy hinchado y unas alas pequeñas y dobladas.

El hombre continuó observando, pues esperaba que en cualquier instante las alas se desdoblarían y crecerían lo suficiente para soportar al cuerpo, el cual se contraería al reducir lo hinchado que estaba.

Ninguna de las dos situaciones sucedieron y la mariposa solamente podía arrastrarse en círculos con su cuerpecito hinchado y sus alas dobladas. Nunca pudo llegar a volar.

Lo que el hombre en su bondad y apuro no entendió, fué que la restricción de la apertura del capullo y la lucha requerida por la mariposa, para salir por el diminuto agujero, era la forma en que la naturaleza forzaba fluidos del cuerpo de la mariposa hacia sus alas, para que estuviesen grandes y fuertes y luego pudiese volar.

La libertad y el volar solamente podían llegar luego de la lucha. Al privar a la mariposa de la lucha, también le fué privada su salud.

Algunas veces las luchas son lo que necesitamos en la vida. Si la naturaleza nos permitiese progresar por nuestras vidas sin obstáculos, nos convertiría en inválidos. No podríamos crecer y ser tan fuertes como podríamos haberlo sido.

Cuánta verdad hay en esto! Cuántas veces hemos querido tomar el camino corto para salir de dificultades, tomando esas tijeras y recortando el esfuerzo para poder ser libres.

Necesitamos recordar que nunca recibimos más de lo que podemos soportar y que a través de nuestros esfuerzos y caídas, somos fortalecidos así como el oro es refinado con el fuego.

Nunca permitamos que las cosas que no podemos tener, o que no tenemos, o que no debamos tener, interrumpan nuestro gozo de las cosas que tenemos y podemos tener. Nunca pensemos ni nos enfoquemos en lo que no tenemos, disfrutemos cada instante de cada día lo que tenemos y Dios nuestro creador ha sido dado!!!


jueves, 15 de septiembre de 2016

AL QUE CREE TODO LE ES POSIBLE


¿Cuál es la medida de su fe?
Lamentablemente disponemos de todo, menos de un termómetro que pueda medir nuestro grado de fe. Y digo que lamentablemente porque si pusiéramos este termómetro en el corazón de los cristianos que abarrotan nuestras congregaciones, nos llevaríamos grandes sorpresas...

El Señor Jesús recriminó la poca fe de sus discípulos. Quizá estaban diciendo las palabras indicadas, en el momento oportuno, pero no tenían fe. Y ese es un gran inconveniente para ver las maravillas del Señor. La incredulidad cierra puertas para que señales y prodigios ocurran. 

Reconozca su grado de Fè

Hay quienes aseguran que tienen mucha fe. Pero si realizaran un examen honesto, tendrían que admitir que les falta mucho trecho por recorrer. De ahí que la frase que expresa este angustiado padre a nuestro Señor Jesús, tenga una importancia fundamental: Creo; ayuda mi incredulidad”. Es admitir que nos falta mucho más para creer plenamente. Pero es necesario que lo admitamos ante Dios.


Deposite su confianza en Dios
Un segundo paso, el más importante: Deposite toda su esperanza y confianza en Dios. El Maestro obró cuando vio a ese padre que se rindió a él, reconoció que humanamente no podría hacer nada por su hijo y le dijo: Señor, ayúdame.
en todos los casos, para recibír un milagro debemos reconocer la imposibilidad humana de hacer algo a favor y por nuestra cuenta y decidir confiar en Dios. Y es en ese momento donde los hechos sorprendentes, inexplicables, ilógicos, ocurren...
Le invito para que deposite toda su confianza en el Hijo del Dios altísimo, el Señor Jesucristo. Pídale en oración por ese milagro que necesita y espere en el tiempo de Él. Puedo asegurarle que verá grandes maravillas, porque nuestro Creador es maravilloso...

Por: Fernando Alexis Jiménez

miércoles, 14 de septiembre de 2016

BENDICE AL SEÑOR, ALMA MÍA ( Salmo 103)



Bendice al Señor, alma mía,
que todo mi ser bendiga a su santo Nombre;
Bendice al Señor, alma mía,
y nunca olvides sus beneficios.
Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus dolencias;
rescata tu vida del sepulcro,
te corona de amor y de ternura;
 él colma tu vida de bienes,
y tu juventud se renueva como el águila.
El Señor hace obras de justicia
y otorga el derecho a los oprimidos;
él mostró sus caminos a Moisés
y sus proezas al pueblo de Israel.


martes, 13 de septiembre de 2016

EL MECÁNICO DEL ALMA ( Reflexiones)


MECÁNICO DEL ALMA

Una vez iba un hombre en su automóvil por una larga y muy solitaria carretera cuando de pronto su automóvil comenzó a detenerse hasta quedar parado. El hombre bajó, lo revisó y trató de averiguar qué era lo que tenía. 

Pensaba que pronto podría encontrar el desperfecto que tenía su automóvil pues hacía muchos años que lo conducía. Sin embargo, después de mucho rato, se dio cuenta de que no podía encontrar el fallo del motor. 

En ese momento apareció otro automóvil, del cual bajó un señor a ofrecerle ayuda. El dueño del primer automóvil dijo:
- Mire, este es mi automóvil de toda la vida, lo conozco como la palma de mi mano. No creo que usted, sin ser el dueño, pueda o sepa hacer algo. 

El otro hombre insistió con una cierta sonrisa, hasta que finalmente el primer hombre dijo:
- Está bien, haga el intento, pero no creo que pueda. 

El segundo hombre echó manos a la obra y en pocos minutos encontró el daño que tenía el automóvil y lo pudo arrancar. El primer hombre quedó atónito y preguntó:
- ¿Cómo pudo usted arreglar el fallo si es mi automóvil?
El segundo hombre contestó
- Verá, mi nombre es Felix Wankel... Yo inventé el motor rotativo que usa su automóvil.

Cuántas veces decimos: Ésta es MI vida. Éste es MI destino. Ésta es MI casa. ¡Déjenme a mí sólo, yo puedo resolver el problema!. Al enfrentarnos a los problemas y a los días difíciles creemos que nadie nos podrá ayudar pues "ésta es MI vida". 
Pero... Te voy a hacer una pregunta:
¿Quién hizo la vida?
¿Quién hizo el tiempo?
¿Quién creó la familia?
Sólo aquel que es el automóvil de la vida y el amor, puede ayudarte cuando te quedes tirado en la carretera de la vida. 
Te doy sus datos por si alguna vez necesitas un buen "mecánico":

Nombre del mecánico del alma: DIOS
Dirección: El Cielo
Horario: 24 horas al día, 365 días al año
Garantía: Por todos los siglos
Respaldo: Eterno
Teléfono: No tiene. Pero basta con que pienses en Él con fe, además de que esta línea no está nunca ocupada.


Tomado de Paz en la Tromenta.

lunes, 12 de septiembre de 2016

SU AMOR NUNCA FALTARA A QUIENES EN EL CONFIA (Salmo 33)


“Bendeciré en todo tiempo a Dios,
sin cesar en mi boca su alabanza;
Ensalzad conmigo a Dios,
exaltemos juntos su nombre.
Consulté a Dios y me respondió:
me libró de todos mis temores.
Si grita el pobre, Dios lo escucha,
y lo salva de todas sus angustias.
El ángel de Dios pone su tienda
en torno a sus adeptos y los libra.
Gustad y ved lo bueno que es Dios ,
dichoso el hombre que se acoge a él.
Respetad a Dios, santos suyos,
que a quienes le temen nada les falta.
Los ricos empobrecen y pasan hambre,
los que buscan a Dios de ningún bien carecen.
Huye del mal y obra el bien,
busca la paz y anda tras ella.
Los ojos de Dios sobre los justos,
sus oídos escuchan sus gritos.
Cuando gritan, Dios los oye
y los libra de sus angustias;
Dios está cerca de los desanimados,
él salva a los espíritus hundidos.
Muchas son las desgracias del justo,
pero de todas le libra Dios”.