jueves, 18 de agosto de 2016

Salmo 15 Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti

                           Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti

                                               (Salmo 15)

 
yo digo al Señor: «Tú eres mi bien».
Los dioses y señores de la tierra
no me satisfacen.


Multiplican las estatuas de dioses extraños;
no derramaré sus libaciones con mis manos,
ni tomaré sus nombres en mis labios.



El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano:
me ha tocado un lote hermoso,
me encanta mi heredad.

Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.

Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.

Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.


Señor, eres mi Protéctor, en tus brazos me refugio, a donde iré si tu eres mi Amor y Paz.


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