miércoles, 24 de mayo de 2017

TODO LO QUE DIOS HACE ES BUENO...

El único sobreviviente de un naufragio llegó a la playa de una diminuta y deshabitada isla. Pidió fervientemente a Dios ser rescatado, y cada día escudriñaba el horizonte buscando ayuda, pero no parecía llegar.

Cansado, finalmente optó por construirse una cabaña de madera para protegerse de los elementos de la naturaleza y almacenar sus pocas pertenencias.

Entonces un día, después de merodear por la isla en busca de alimento, regresó a su casa para encontrar su cabañita envuelta en llamas, con el humo ascendiendo hasta el cielo. Lo peor había ocurrido, lo había perdido todo.

Quedó anonadado de tristeza y rabia. - Dios, ¿cómo pudiste hacerme esto?, se lamentó. Sin embargo, al día siguiente fue despertado por el sonido de un barco que se acercaba a la isla. Habían venido a rescatarlo.

- ¿Cómo supieron que estaba aquí?, preguntó el cansado hombre a sus salvadores. 
- Vimos su señal de humo, contestaron ellos.

Es fácil descorazonarse cuando las cosas marchan mal, pero no debemos desanimarnos porque Dios trabaja en nuestras vidas aún en medio del dolor y el sufrimiento. Es mejor viajar lleno de esperanza que llegar. Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes.

Recuerda la próxima vez que tu cabaña se vuelva humo, puede ser la señal de que la ayuda y gracia de Dios vienen en camino. ¡No te rindas!


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