Las
siguientes son las diez razones por las que se debería llevar a cabo la
práctica de la Hora Santa diaria.
Nunca te
arrepentirás de incorporar la Hora de Poder en el tejido
de tu rutina diaria, porque cambiará tu vida.
Nosotros deberíamos
encontrar el tiempo para darle al Señor.
Podemos
fácilmente pasar más de una hora frente a la televisión o a la computadora o
hablando con un amigo o simplemente perdiendo el tiempo.
¿Por qué no dar al
Señor y Creador del cielo y de la tierra una hora del día?
1- 1- EVITA EL PECADO
Existe
una relación directa entre el pecado y la falta de oración.
Ejemplo: Los Apóstoles en el Jardín.
Para evitar el
pecado necesitamos la gracia de Dios, esto viene
especialmente a través de la oración y los sacramentos.
2_ SE
APRENDE EL ARTE DE LAORACIÓN
San Alfonso decía
que el arte de todas las artes es el de la oración.
En cualquier
profesión o empresa la perfección viene después del trabajo duro.
Sin dolor no hay
ganancia. Atletas olímpicos entrenan años antes de sus
actuaciones.
¿No deberíamos dar
al Señor nuestro tiempo, los esfuerzos y la buena voluntad y aprender a orar
más y mejor?
3-MEJORA LA RECEPCIÓN DE LA EUCARISTÍA
De hecho, la
vida sacramental mejora cuando se mejora la vida de oración personal.
Jesús se hace más
real en la Sagrada Comunión.
En lugar de una
recepción fría, debemos recibir a Jesús con fuego, pasión y amor.
4-
EVITA LA MEDIOCRIDAD
Vivimos en un mundo
con indiferencia religiosa.
Leemos esto
en el libro de Apocalipsis 3: “Tú no eres ni frío ni
caliente, sino tibio, yo te vomitaré de mi boca…
5- INICIA
INCENDIOS EN NUESTRO CORAZÓN
La Oración pone a
nuestros corazones en llamas, al igual
que los discípulos en el camino a Emaús:
“¿No es verdad que, cuando él nos hablaba en el
camino y nos explicaba las escrituras, sentíamos como que un fuego
ardía en nuestros corazones?” (Lucas
24)
6- AYUDA A SUPERAR MALOS HÁBITOS
El dicho es
muy cierto: “Dime con quién andas y te diré quién eres”.
Si pasamos este
tiempo de calidad con Jesús entonces vamos a empezar a imitarlo.
Y entonces
podremos ser capaces de decir con San Pablo: “Ya yo no vivo en mí, sino es Cristo quien vive en mí”.
7– BENDICE A TU FAMILIA
Todos
tenemos muchos problemas familiares que nos gustaría resolver, y probablemente
hemos tratado de solucionarlos sin mucho éxito.
Primero debemos
hablar con Dios un largo tiempo y luego podemos hablar con otros acerca de Dios.
Así se dijo
de Santo Domingo que iba a hablar primero a Dios y luego hablar de Dios a los
demás.
8- DA PAZ EN EL ALMA
Vivimos
en un mundo agitado por el activismo.
Como Marta,
muchos de nosotros preferimos trabajar más que rezar cayendo en el activismo o
la horizontalidad.
En
consecuencia vivimos estresados y así estresamos a
otros también.
Carecemos de
profunda oración. La Profunda oración nos da la profunda paz.
Nuestro Dios
fue llamado Emmanuel que significa Dios con nosotros. Él es el Príncipe de la paz.
9- ES ÚTIL PARA SALVACIÓN DE NUESTRAS ALMAS Y LAS DE OTROS
San Alfonso dice: “No hay personas débiles o
fuertes, pero sí hay personas que saben cómo orar y aquellas que no saben cómo
orar”.
La oración
ferviente junto con la penitencia son claves para la apertura del corazón de
Dios para la conversión de los pecadores.
En primer
lugar, el Cura de Ars oró muchas horas,
derramó lágrimas abundantes y practicó severa penitencia y luego su parroquia
se convirtió.
Si realmente
supiéramos el valor de un alma inmortal, vamos a
pasar mucho más tiempo de rodillas rogando por la conversión de los pecadores y
sus almas inmortales.
Nuestras
almas han sido redimidas por la sangre preciosa del Cordero de Dios que quita
los pecados del mundo.
10– JESÚS Y MARÍA SE REGOCIJAN
El hecho de que
hayas tomado la decisión de dar al Señor una hora, la Hora Santa, es un signo de buena voluntad y esto hace que el
Corazón de Jesús se regocije.
Cuando
alguien viene a visitarnos con buena voluntad nos alegramos por esta muestra de
amistad.
Jesús queda
aún más agradecido. Al pasar una hora en la presencia de Jesús, Él se convertirá en tu mejor amigo en este tiempo y por toda la
eternidad.
“¿No es verdad que, cuando él nos hablaba en el
camino y nos explicaba las escrituras, sentíamos como que un fuego
ardía en nuestros corazones?” (Lucas
24)
No hay comentarios:
Publicar un comentario